martes, 4 de marzo de 2014

Revestidos de esperanza hacia la Pascua.

Esta mañana hemos subido al oratorio. Nos preparamos para cambiar nuestros corazones. En nuestras manos se pueden observar dos corazones, uno blanco de piedra; en él hemos escrito cosas que nos gustaría cambiar. El otro rojo donde hemos escrito cosas que nos ayudan a parecernos a Jesús.
Todos queremos un corazón rojo. Para ello, hay que hacer siempre el bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario